Cuando en el año 2000 189 jefes de Estado y de Gobierno de todo el mundo acordaron los Objetivos del Milenio, lo hicieron con la idea de poner fin a la pobreza extrema y al hambre, dos de los problemas que a día de hoy todavía siguen en muchas regiones del planeta. Estos nobles objetivos debían alcanzarse en 2015, es decir, dentro de 4 meses y unas semanas; aunque como ha admitido el propio secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, los Objetivos del Milenio están cada día más lejos.
Los objetivos más difíciles de cumplir son los relacionados con la reducción de la mortalidad infantil o materna, además de lograr un mayor acceso al saneamiento. En la otra cara de la moneda aparecen la reducción de la pobreza extrema, un acceso mayor y más fácil a las fuentes de agua potable y a la educación primaria o la lucha contra enfermedades como la malaria o la tuberculosis, cuatro de los objetivos que están cerca de cumplirse o que ya se han alcanzado.
Durante su intervención, Ban Ki-moon destacó el cumplimiento de todos estos objetivos, que se han traducido en una ligera mejora de la calidad de vida en las zonas menos desarrolladas del planeta y en la paridad de sexos en la educación básica. Junto a la lucha contra la malaria y la tuberculosis, el secretario general de Naciones Unidas también destacó los avances en el acceso a tratamientos contra el VIH.
Según Ban Ki-moon, los Objetivos del Milenio han servido para «unir, inspirar y transformar» la acción conjunta entre autoridades locales, la comunidad internacional, la sociedad civil y el sector privado, lo que podría suponer un punto de inflexión de cara a la lucha contra la pobreza en el futuro. Sin embargo, el secretario general de la ONU también destacó que no se han cumplido todos los objetivos por igual, y han aumentado las diferencias entre regiones, países o grupos de población.
En este sentido, Ban Ki-moon apuntó a la exclusión social y a la discriminación como las dos principales barreras a las que se enfrentan los sectores más marginados y vulnerables de la sociedad; y uno de los objetivos a partir de 2015 debería ser romperlas, explicó. Además de no dejar a nadie atrás, el medio ambiente debe ser otro foco de atención, centrado en la lucha contra el cambio climático y la búsqueda de un desarrollo económico y social sostenible, concluyó Ban Ki-moon.
Vía: La Información