La crisis se ha instalado plenamente en nuestra sociedad y de ella no se han librado ni las compañías telefónicas, más propensas a exprimir a sus clientes al máximo para lograr beneficios. Los tiempos no son buenos sin duda, y si no, que se lo pregunten a empresas líderes como Telefónica o Nokia. Después de la orden dictada por Bruselas de que las tarifas de móvil deben reducirse en drásticamente en el seno de la Unión Europea, las compañías han comenzado a realizar sus cuentas y éstas no les salen. A partir del 1 de julio no habrá ningún cliente dentro de la Unión Europea que pague más de 70 céntimos de euro por mega descargado en su teléfono móvil. De esta manera, la Comisión Europea pretende establecer un mercado comunitario en la telefonía, el cual se encuentra en estos momentos en una clara descompensación.
La noticia, que ya llevaba publicada varios días, se ha sumado a la que afirma que Telefónica redujo de manera considerable su beneficio durante el primer trimestre del año. La compañía, que ha sufrido varios traspiés en América Latina (concretamente, en Argentina), tendrá que pensar una nueva política de clientes, pues las órdenes de Europa y la migración masiva de clientes a otras compañías más baratas han puesto en jaque el negocio de la operadora. Digo que la crisis la está viviendo intensamente el sector de las telecomunicaciones y me remito a la reciente noticia en la que se afirmaba que las empresas líderes (Movistar, Vodafone y Orange) están perdiendo clientes de manera continua. El pasado mes de abril fue especialmente significativo, pues entre las tres dejaron de ofrecer sus servicios a más de 133.000 clientes, una cifra bastante preocupante. De todas ellas, Movistar fue la que más clientela perdió: cerca de 210.000 líneas de teléfono.
Sin embargo, el problema no sólo está en las operadoras de telefonía y banda ancha, sino también en los fabricantes de terminales. Es el caso de Nokia, una de las empresas más potentes de principios del siglo XXI, pero que la exitosa irrupción de procesadores iPhone y Android han dejado al borde del K.O. Así se puede explicar que la empresa con sede en Espoo (Finlandia) haya tenido que despedir a más de 10.000 empleados repartidos por todo el mundo ante los malos números obtenidos (la empresa cuenta con unos 130.000 trabajadores). Sin duda, un buen ejemplo de la mala salud del sector.
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