Pese que hasta hace unos días Irlanda sólo había tomado como posible la opción de pedir un rescate financiero para salir de la crisis hoy, ya es un tema público que parece no tener marcha atrás. Y a ella, se le suma Portugal que tampoco es capaz de lograr que su Estado supere por sí solo el mal momento económico.
De esta manera, las dos naciones deberán pedir socorro a la Comisión Europea, El Fondo Monetario Internacional (FMI) y al Banco Central Europeo (BCE) cediendo el mando de la política económica de cada país a cambio de ser liberados de la quiebra.
La UE y el FMI no pueden intervenir en un lugar a menos que el territorio así lo requiera, tal como sucedió en Grecia durante la primavera pasada. Así, aunque Dublín y Lisboa se resisten a pedir ayuda, sus socios de la zona euro están presionando continuamente para que las demoran no perjudiquen a Italia o España que corren el riesgo de ser “contagiados” por los efectos de la crisis.
En términos sencillos, la preocupación mayor es que la caída de estas otras dos naciones pueden provocar un problema aún más grande que no sólo afectaría sus economías debilitadas sino también a la integridad de la zona del euro.
Fuente: El Economista
Foto: shauns2009 en Flickr