El 20 de octubre de este mismo año, la Ley Integral contra la Violencia de Género española, fue premiada por ONU Mujeres, Word Council y Unión Interparlamentaria. Este reconocimiento fue otorgado por considerar esta legislación una de las mejores leyes y políticas del mundo que persiguen el fin de la violencia ejercida contra las mujeres y las niñas. No obstante, los casos de violencia siguen creciendo.
La violencia de género ha sido y sigue siendo un delito invisible, un acto de cobardía, que se esconde tras una aparente felicidad. Un acto que se justifica por un amor fiel y puro. Un delito que se esconde en muchas ocasiones, tras las puertas de los hogares. Una pesadilla para la víctima que trata de ocultarla con justificaciones irracionales.
En España se lleva a cabo una fuerte campaña de concienciación en este sentido. Y ésta no se enfoca únicamente a las víctimas, sino también a los agresores. Debido a la celebración del día mundial contra la violencia, se ha fortalecido esta operación de concienciación. Tristemente, los resultados no han sido tan satisfactorios como se esperaban.
Los casos por violencia machista se triplican en el turno de oficio. Además de los 15 asesinatos que se produjeron en 2014, había 14 casos que estaban denunciados, pero que habían sido catalogados con una valoración policial de riesgo «no apreciado» o «bajo». Estos datos se recogen del último informe del Observatorio de Violencia Doméstica y de Género del Consejo General del Poder Judicial.
Muchos de los asesinos presentan rasgos de arrepentimiento, el cual suele mostrarse a través del suicidio. Por ello, algunos de los casos no pueden ser juzgados. En otros casos, los asesinos presentan tras su detención que tenían antecedentes de agresión a otras parejas y en cambio no se hizo nada. En el caso de España, se dieron 3 ejemplos de este tipo. Pero sin lugar a dudas, si hay un dato notorio es que a pesar de que no son suficientes, sí hay casos denunciados contra los que no se ha hecho nada.
Vía: El Mundo
Imagen: Macnolete vía Flickr