Desde el pasado fin de semana se han sucedido una serie de manifestaciones y protestas vecinales en las que los habitantes de Burgos, la mayor parte residentes en el barrio de Gamonal, muestran su oposición a la construcción de un bulevar en una de las principales vías de la ciudad, la calle Vitoria. La remodelación de esta calle tiene un coste de 8 millones de euros y está prevista la construcción de un aparcamiento subterráneo de dos centenares de plazas, lo que los ciudadanos consideran perjudicial debido a los problemas de aparcamiento que ya se experimentan en la zona.
Las obras que empezaron hace cinco días han tenido muchas críticas en la zona y en las manifestaciones realizadas por los vecinos se dieron disturbios como la quema de contenedores y de la caseta de la empresa constructora. Ésta misma ha decidido paralizar las obras por la presión de los ciudadanos hasta que no se retome la normalidad y consideren que la reanudación de las obras sea segura para los trabajadores de la empresa.
Asimismo un grupo de aproximadamente dos centenares de burgaleses se han reunido esta mañana a las 6.30 de la mañana para impedir que las máquinas continuaran con la remodelación de la vía. Durante las concentraciones y manifestaciones sucedidas en estos días, los agentes antidisturbios intervinieron en los incidentes, y detuvieron a cuarenta personas.
El Ministerio del Interior declaró, a través de Subdelegación de Gobierno, que las protestas estaban organizadas y protagonizadas por «radicales violentos» llegados de otras partes de España. Aún así, se ha podido confirmar que el total de los arrestados son residentes en Burgos y la mayoría vecinos de El Gamonal.
Por su parte, los manifestantes junto a la asociación de vecinos del barrio han declarado que piensan continuar con las concentraciones, caceroladas y otras medidas de protesta y presión para que el Ayuntamiento les escuche. Desde la asociación se denuncia que hace meses que piden hablar con el primer edil de la ciudad para comunicarle su oposición a este proyecto urbanístico y que no han obtenido respuesta, por lo que han decidido hacerse escuchar por sus propios medios.
La oposición en el Ayuntamiento – IU, UPYD y PSOE – ha comunicado que no apoya los actos violentos, pero sí la reivindicación de los vecinos, y recomienda al alcalde que se planteen otras opciones para llegar a un consenso. El primer edil, Javier Lacalle, explicó el pasado domingo que el proyecto estaba incluido en su programa electoral y que los burgaleses ejercieron su derecho a voto en aquel momento.
Fuente: El País
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