La patronal de la pequeña y mediana empresa de CEOE (Cepyme) teme que las exigencias de recapitalización de los bancos reduzcan aún más el crédito de las pymes. “La situación es tal que ahora vas a pedir un crédito y no te lo dan aunque seas el sobrino del director del banco«, señalaba Jesús María Terciado, presidente Cepyme.
Se mostró muy temeroso con las nuevas provisiones exigidas a la banca tras la reforma financiera del Gobierno, las cuales califica de “estatrosféricas”. Y mostró una gran preocupación con el futuro de las pymes, sobre todo con “la no renovación de créditos ya concedidos”.
«Cuando una empresa acude a pedir un crédito ya no importa que sea solvente o insolvente, sino que el problema es que la mayor parte del sistema es insolvente«, aseguraba Terciado, haciendo alusión a las “cuatro o cinco” entidades bancarias que aún están siendo evaluadas, confiando en que el problema se solvente con fusiones o adquisiciones.
Afirmaba así: «El resto (de entidades) deberán cumplir con los requisitos de la reforma financiera; y, mientras la prima de riesgo este así y les impida financiarse con normalidad, podrían retirar créditos a las pymes, el futuro y el que ya tienen, no renovándoselos«.
También animó a las pymes a “buscar alternativas a la bancarización”, excesiva según él, ya que el crédito “ha sido demasiado bueno y barato”, señalaba. Respecto a estas nuevas alternativas, propuso al Gobierno que incluya «incentivos fiscales en el tratamiento de las sociedades de capital riesgo» en su Ley de Emprendedores.
En cuanto a la política económica, afirmó que “no sería descabellado” llevar a cabo otra reforma del sistema de pensiones con el objetivo de recortar gastos. Decía así: «En este último año y medio, desde la anterior reforma, han cambiado mucho las cosas y se han deteriorado gravemente los ingresos mientras no dejan de subir las pensiones», apostando así por «ampliar el periodo de cálculo de la pensión a toda la vida laboral«.
Por otro lado, Mónica de Oriol, presidenta del Círculo de Empresarios, criticó al regulador por la excesiva burocracia que hay a la hora de crear empresas nuevas.
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