El balance de resultados de Renfe no avanza al ritmo esperado. La compañía cierra los nueve primeros meses del año embarcándose en un viaje con complicaciones que la han llevado a registrar pérdidas por valor de 97,6 millones de euros. Estas cifras negativas han contribuido a ensombrecer aún más la marcha de la empresa que arrastra unos números rojos preocupantes.
Y es que, estos datos confirman que el desfase contable de la compañía ha aumentado un 29% en tan solo un año. Una realidad adversa que desde Renfe atribuyen al aumento de los compromisos de pago y de financiación a los que han tenido que hacer frente.
El operador no atraviesa así su mejor etapa y parte de estos números en negativos responden también a los gastos que la compañía ha tenido que costear tras aprobarse por vía judicial el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) y las indemnizaciones que este proceso lleva aparejadas. Unos costes que no se pueden pasar por alto, ya que rondan una cuantía cercana a los 14 millones de euros.
El único balón de oxígeno con el que ha contado la empresa ha llegado de manos de la gestión de sus líneas de Alta Velocidad (AVE) en su oferta de desplazamientos catalogados como larga distancia. Un segmento dentro de sus servicios de transporte que está dando muy buenos resultados aportando vitalidad a las cifras de facturación de Renfe.
En este periodo de enero a septiembre, la compañía ha conseguido facturar de la mano de esta línea de negocio 922 millones de euros logrando un repunte considerable superior al 7%, en comparación con las cifras cosechadas en el mismo periodo del año anterior.
Frente a esta cara más positiva, Renfe se ha visto obligada a reforzar la partida destinada a los gastos de uso de determinadas líneas e infraestructuras. Una partida que en este mismo periodo se ha incrementado un 22%.
De igual manera, los resultados de la línea de mercancías tampoco han sido muy prometedores contribuyendo a enturbiar el buen pulso de Renfe.
vía: El Mundo