Tanto en los telediarios, como en otros programas televisivos, como en otros medios, emiten y publican casi a diario sucesos consecuentes del actual contexto español. Tristes escenas que desgraciadamente están presentes en nuestros días. Episodios a los que cada día más españoles se acostumbran, al mismo tiempo que se hacen inmunes a su dolor.
Sin lugar a dudas, y sobran los ejemplos, ésta es una de las mayores crisis que España está protagonizando. No se trata únicamente del valor del dinero, sino que otros valores éticos, más esenciales para el buen desarrollo de la vida humana se están corrompiendo. Esto es la principal idea que se demanda en el cortometraje escrito y dirigido por Amancay Tapia.
Gallega de nacimiento, se trasladó hace 10 años a Londres. Aunque se fue antes de que el diluvio cayera en España, asegura sentirse parte de la realidad española. Fue ésta, la causa que le llevó a firmar este trabajo.
Estudió Filología Inglesa en la Autónoma de Madrid. Actualmente es directora de cine y escritora y forma parte del departamento creativo de un productora. Aparece en «La Lista internacional de mujeres directoras que viven. Ha dirigido más de ocho cortometrajes, además de la película Campo de Batalla (Battlefield). Actualmente se encuentra escribiendo su segunda película.
Como en la mayoría de sus trabajos, las protagonistas son mujeres y sus dramas. En este caso, las protagonistas son dos chicas jóvenes. Dos mujeres procedentes de dos países que han sufrido un inminente rescate, Grecia y España. Dos mujeres que han emigrado para ser el rescate de sus familias. Pero que también tiene que ser rescatadas.
El objetivo que la autora de este film busca es hacer eco de las mayores injusticias, consecuencias claras de la crisis europea. Sensaciones y sentimientos fruto de la crisis en valores en la que se sumergen los países que protagonizan la crisis económica. Se trata de mostrar el lado humano de este momento.
Amancay Tapia se trasladó a Londres y con ella muchos otros. Su motivo fue, la pasión por su trabajo. Pero hoy en día todo ha cambiado. Ella lo sabe. Lo ve en la ciudad que reside, donde ha visto el cambio de contexto. Ahora, los españoles inundan las cafeterías buscando un trabajo. Personas formadas, que emigran, no por su pasión, sino por su necesidad.
La falta de valores éticos es el principal reclamo de este cortometraje, sobre todo de la banca. Pero no sólo son quejas, una actitud emprendedora que la autora anima. Llama a su público a dejar de actuar como víctimas y convertirse en héroes que pongan fin a esta crítica situación o que luchen por ello. El cómo, está en nosotros.
Fuente: El País
Imagen: Joan Soralla vía Flickr