El 2014 ha sido el año de los 50 para este cómic que marcó y sigue haciéndolo la vida de muchos. Sobre todo de los que ahora, como ella cumplen y rondan cumplir el lustro. Unas viñetas reivindicativas que hoy todavía hacen eco de las reclamas de la sociedad. Denuncias que se hacen a través de su protagonista. Una niña de corta edad que se hace cuestiones sobre la situación del mundo. Un mundo que no siempre es amigo de todos.
Mafalda nunca ha sido un personaje real, pero para muchos sí se ha personificado. De hecho en 2007 se colgó una placa en el 371 de la calle Chille del barrio de San Telmo en Buenos Aires, que anunciaba: “Aquí vivió Mafalda”. Probablemente la razón de que ningún vecino la viera, fue que realmente no vivió allí. Pero la placa tenía una función mucho más profunda, que eran que aunque Mafalda nunca existió, sus lo hicieron y hacen sus inquietudes y esperanzas, que eran y son las de todos.
Una niña de los años 60, procedente de una familia de clase media. Una niña dulce que adopta la voz del mundo y que con su valentía busca una respuesta a las preguntas de los problemas de los mayores. Estas reivindicaciones se han ido actualizando con sus problemas, porque aunque empezara hace 50 años, la voz de Mafalda nunca ha dejado de estar activa.
Una voz muda, y así es como gusta. Porque Mafalda ha llegado hasta la gran pantalla, pero su voz no ha cumplido las expectativas de muchos, incluyendo a Quino, su propio autor. Algo lógico, porque muchos se han apropiado esa voz que nunca existió, habiendo tantas voces de Mafalda como seguidores de la misma.
Ayer Mafalda abrió las puertas de su hogar de una forma diferente. Lo hizo, como nos tiene acostumbrados, de una forma muda, pero con exposiciones de sus historias en grandes figuras. Una recreación que no sólo se limita a su país de origen, Argentina, sino que como lleva haciendo 50 años traspasa fronteras, asentando en España una exposición en Málaga.
Lo que resultó un campaña de publicidad fallida de los electrodomésticos Mansfield hace 52 años, hoy se ha convertido en unas de las tiradas de dibujos más relevantes de la historia. Quino, su creador se hizo famoso gracias a la originalidad de las historias que creaba para ella. Este año recibió el premio Príncipe de Asturias de la comunicación.
Una recopilación de las 120 tiras más emblemáticas de un personaje que une dos mundos, el fantástico y el real, para luchar contra las injusticias del mundo. Unas tiradas donde siempre está presente un discurso actual y muy profundo sobre las inquietudes del mundo, el mismo que le ha dado su inminente éxito mundial.
Imagen: Beatrice Munch vía Flickr